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Hace un par de semanas, me llamó un amigo de un amigo, bendita publicidad boca en boca. Me contó que había comprado una ultrabook y que necesitaba que lo ayude a configurar un par de cosas. La trajo y quedé sorprendido al ver la máquina -una ultrabook Lenovo con pantalla táctil- y la ductilidad del dueño para manejar la pantalla sensible al tacto.
Quedé asombrado y me hizo recordar a un compañero de trabajo que tuve por muchos años que era un crack del DOS. En las épocas doradas del primer sistema operativo de Microsoft se sentía como pez en el agua, y eso lo llevó a sufrir esa mezcla tan difícil de dividir, entre cariño y costumbre, que hizo que le costara horrores acostumbrarse a usar Windows con un mouse. Al final lo hizo, pero a su nostalgia por la consola de comandos no se la sacó ni sacará nadie. Para él (y para muchos otros) tipear comandos en una pantalla negra con letras blancas fue, es y será mejor que manejarse por ventanas.
Estoy acostumbrado a la interfaz de Windows de toda la vida. Cuando me puse a trabajar en la ultrabook lo primero que hice fue conectar la antena USB de mi mouse Microsoft e instalar un Launcher «clásico». Si estoy solo puedo luchar un rato con las nuevas opciones que terminan en viejas ventanas de Windows en donde me siento cómodo. Pero si estoy con hay alguien debo ser rápido, así que esta aplicación permite ver el Windows histórico pero usar Windows 10. Ya me había pasado configurando en otro equipo, y me sentí como mi compañero de trabajo se sintió en su momento. La transición es ahora del cursor a los dedos, y como él, sigo sintiendo que lo anterior es mejor.
Yo creo que, al menos hasta ahora, una computadora se maneja mejor con un cursor y un teclado físico. Me encantan las tabletas, pero éstas tienen un sistema operativo para tabletas, como iOS o Android. Ahí sí me siento bien. En cambio eso de manejar aplicaciones de Windows «de toda la vida» tocando la pantalla, en un sistema operativo que termina siendo un híbrido, se me hace incómodo.
De todas maneras es el futuro, con estos híbridos duales que son una tableta con un teclado desmontable, aunque también existe una barrera física que nos afecta a todos los usuarios y se conoce como «brazos de gorila» que habrá que sortear (la incomodidad generada por tener el brazo en el aire para tocar la pantalla). Sea como fuere, la diferencia radica en qué tipo de usuario seas, y si sos de aquellos que son más de «crear contenido», sin dudas no podrías vivir sin un teclado, al igual que yo.
Pero además de un teclado, la otra gran parte de la inserción de comandos en el paradigma de las interfaces gráficas no táctiles se centra en el manejo del cursor, y la gran pregunta que me hago cuando saco la notebook y al rato siento la necesidad de usar el mouse es: ¿porqué me cuesta tanto usar el touchpad?
Creo que además de haberme acostumbrado, cuando tengo que hacer las cosas lo más rápido posible siento que mi productividad se dispara usando un simple ratón. Ni hablar del momento en el que tengo que utilizar un programa en donde es necesario tener cierta precisión: ahí el uso de un touchpad se convierte en algo sumamente incómodo y engorroso. Así que, al menos en lo que a mi respecta, en los últimos años he pasado de ser un fanático del trackpoint de las Thinkpad a sentir que si no tengo el pequeño ratón negro al lado de la laptop me hace falta algo. es más, si por alguna razón me lo olvido, lo extraño horrores.
Ahora me queda preguntarles: ¿qué prefieren para manejar la computadora: el cursor, el touchpad o un mouse? ¿Les resulta cómodo interactuar en forma directa con la pantalla?
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