China e India se lanzan acusaciones opuestas por el que fue el primer enfrentamiento con pérdidas de vidas humanas entre los dos gigantes asiáticos desde hace más de 45 años.
Las autoridades indias anunciaron este martes la muerte de al menos 20 de sus soldados como consecuencia de un enfrentamiento fronterizo, registrado el lunes por la noche, con tropas chinas en la zona de Aksai Chin, una de las áreas en disputa en la frontera de 3.488 kilómetros que ambos países comparten.
Los incidentes fronterizos no son algo nuevo. De hecho, los dos países mantuvieron una disputa fronteriza el mes pasado. Sin embargo, este es el primer incidente de este tipo con víctimas mortales en 45 años.
A partir del enfrentamiento ambos gobiernos dieron sus versiones del suceso. La mayor cantidad de información fue dada el portavoz de Exteriores indio que señaló que se produjo un enfrentamiento violento como resultado de un intento de la parte china de cambiar el status quoen la zona de forma unilateral. Las autoridades también informaron que no se produjo ningún disparo, sino que el conflicto se realizó con barras de hierro y piedras, y que se produjeron bajas en ambas partes.
Por su parte, la Cancillería china acusó a India de ser ellos quienes cruzaron la frontera hacia el lado chino. Aseguró que las fuerzas indias cruzaron la línea limítrofe, provocando y atacando al personal chino, lo que resultó en una confrontación física entre las fuerzas fronterizas. Sin embargo, China no ha hablado oficialmente de bajas entre sus tropas, pero el director del periódico chino Global Times, de corte nacionalista, escribía en un mensaje en Twitter que sí las ha habido, aunque no ha especificado si se trata de muertos o de heridos.
El territorio en disputa
La Línea de Control Actual (LCA), la frontera de facto que separa a ambas potencias nucleares, surgió de la guerra fronteriza sinoindia de 1962, que fue provocada por desacuerdos territoriales históricos de larga data que no han sido resueltos. La LCA es muy ambigua, pues la presencia de ríos, lagos y montañas nevadas hace que esa frontera de facto varíe.
Esto creó un status quo incómodo, donde ninguna de las partes está de acuerdo con la frontera. Por ello, no es extraño que regularmente las tropas en frontera de ambas potencias se topen cara a cara en muchos puntos de esa línea de demarcación y se acusen la una a la otra de sobrepasarla o tratar de expandir su territorio.
La escaramuza del pasado lunes fue en la zona de Aksai Chin, administrada por China pero reclamada por su vecino. Ubicada en lo alto del Himalaya, con una altitud promedio es de 4.200 metros, la región ya ha visto numerosas peleas entre guardias fronterizos y declaraciones cruzadas en las que Beijing o Nueva Delhi acusa al otro de intentar sobrepasar la frontera de facto.
La región funciona como el corredor económico que conecta a China con Pakistán en el que la primera ha invertido más de US$ 60.000 millones. Cualquier expansión india o fortificación significativa sobre la región podría amenazar los objetivos geoestratégicos de China en el Asia central.
Las preocupaciones en China de que su vecino dificultaría su vida en el área si es capaz de extender su influencia por la región se han fortalecido a partir de la construcción por parte de la India de nuevas infraestructuras a lo largo de su lado de la frontera.
El año pasado, India terminó una nueva carretera para todo clima muy cerca de la Línea de Control Actual. El propósito de este camino es apoyar a las tropas a lo largo de la frontera, lo que les permite reabastecerse por carretera desde Daulat Beg Oldi, la pista de aterrizaje más alta del mundo. Esto sería de gran ayuda si India reforzara aún más su posición o construyera instalaciones militares en la frontera.
Aidan Milliff, experto en violencia política y Asia del Sur en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) dijo: “Algunas señales sugieren que los avances recientes de China en la frontera son una respuesta al nuevo camino, que perciben como un cambio en el status quo en la LCA”.
“El status quo es realmente tolerable para ambos países, o al menos, su disgusto por el status quo no es tanto como para pagar el costo de arreglarlo”, agregó. “Todavía no me queda claro, como principio general, si estas disputas comienzan como provocaciones cuidadosamente calculadas o como pasos en falso y malentendidos”.
Un conflicto sería difícil
En la zona de Aksai Chin no hay espacio para el conflicto. Las condiciones climáticas del área reducen significativamente las capacidades para efectuar maniobras bélicas. La altitud, el clima y las temperaturas hacen que todo sea más difícil, incluso para simples maniobras y movimiento de suministros.
Todo sufre a esta altitud. Operar por encima de los 4.000 metros es difícil. Los soldados tardan días en aclimatarse a cualquier altitud superior a los 2.400 metros, y los riesgos de ascender demasiado rápido pueden ser graves.
Los motores tienen dificultades para operar, los helicópteros tienen que cortar sus cargas y los suministros para mantener a las tropas en óptimas condiciones son mucho mayores. Incluso disparar es más complicado, ya que se requieren miras especiales para hacer frente al aire más delgado.
Francisco Massi Abdalla
Estudiante de relaciones internacionales, miembro de la cátedra «Los desafíos de la Unión Europea en el Siglo XXI» y miembro del Grupo de Estudio de la Unión Europea